Este 13 de abril el presidente de Venezuela Hugo Chávez acaba de juramentar a 30.000 nuevos miembros de su Milicia Bolivariana en un acto de conmemoración del ya declarado Día de la Milicia Bolivariana, del Pueblo en Armas y de la Revolución de Abril. Según el propio gobierno esta milicia es “el pueblo organizado en armas incorporado a la Milicia Nacional Bolivariana, atendiendo el llamado de defensa integral de la patria planteado en la Constitución”. Chávez invitó a los milicianos bolivarianos a “salir a dar la vida si hubiera que darla por la revolución bolivariana, por el pueblo venezolano, por la revolución socialista”.
Es decir, el arma fundamental contra los opositores al nuevo régimen chavista no van a ser las reformas sociales y económicas, el desarrollo progresivo de la nación, y por qué no, la salida de Venezuela del club de los países pobres o tercermundistas. Estas mismas armas que han servido para consolidar el retorno del capitalismo y del parlamentarismo plural y democrático en toda Europa Oriental después de la caída del Muro de Berlín hace apenas veinte años atrás. En lugar de utilizar estas armas políticas servidas en bandeja de plata por los demócratas europeos como ejemplo de superación y de progreso social, el gobierno de Hugo Chávez ha optado por copiar el modelo obsoleto de lucha (defensa) implantado por Fidel Castro en Cuba desde los años 60 y todavía vigente en la isla: La formación de un segundo (tercer) ejército reservista de miles y miles de civiles entrenados y bien dotados de armas, para defender a capa y espada la revolución socialista del siglo XXI.
Además de esto, para el nuevo régimen chavista el enemigo no se circunscribe sólo a los “fascistas”, “oligarcas” de la oposición venezolana (para los chavistas todo opositor es oligarca, pitiyanqui, fascista; según ellos no hay opositor de clase alta, media, profesionales, trabajadores comunes y corrientes); sino que abarca también la “oligarquía colombiana, servil y pitiyanqui que gobierna a Colombia”, como si el gobierno colombiano no tuviera ya suficiente con los narcoterroristas de las Farc, los paramilitares y los carteles de la droga. Y como si fuera poco falta el “imperio”, que está siempre al acecho para “asesinarlo” en cualquier momento e invadir a Venezuela y extraerles hasta la última gota de petróleo, como si Chávez no le siguiera vendiendo mas de la mitad de sus exportaciones.
Parece mentira pero es cierto, mientras el mundo contemporáneo contempla con paciencia la auto aniquilación de los dos últimos bastiones del comunismo Cuba y Corea del Norte, el “hijo de Bolívar” despilfarra las regalías de la exportación de petróleo armándose hasta los dientes para defender su revolución bolivariana y el “nuevo socialismo del siglo XXI”. Dios bendiga y proteja a todos los venezolanos, tanto los “fascistas” como los revolucionarios chavistas. Amén!